Como todo el mundo sabe, el día 23 de abril es el día mundial del libro, pero además, en Catalunya es también el día del amor, no solo amor romántico, sino de todo tipo de amores: fraternal, maternal, de amistad, de hermanos... Según la tradición catalana, el hombre regala una rosa a la mujer que ama y la mujer un libro al hombre. Esta tradición cada vez va cambiando más, a medida que las chicas también exigimos que se nos regale un libro y más a las que nos gusta leer.
Además de eso, el 23 de abril es una fecha en la que todas las ramblas de Catalunya se llenan de paradas con rosas y libros, y muchas veces con autores que firman sus ejemplares. Pero el sitio donde más firmas y de los más importantes es, obviamente, en Barcelona.
Desde hace un par de años, por motivos laborales no he podido ir a Barcelona en busca de firmas de autores, pero, por suerte, este año he podido montármelo bien y asistir. Tengo que decir que ha sido un grandísimo día, agotador donde los haya pero lo he disfrutado como nunca.
Para empezar, he llegado pronto a Barcelona y he puesto rumbo a plaza Catalunya con la intención de acercarme al Corte Inglés a por la edición exclusiva que ellos venden de Alguien como yo que viene con un pequeño librito con un relato corto. He aprovechado para pasear por distintas paradas, disfrutando del ambiente, de las novedades de todas las editoriales, curioseando en varias paradas mientras recorría la Rambla en dirección a la caseta de la Editorial Versátil donde tenía que estar Olivia Ardey firmando. Ahí he comprado el libro de Regálame París que ahora tengo firmado y dedicado. Y también han caído un pack con tres libros de Sarah MacLean: Nueve reglas que romper para conquistar a un granuja, Diez lecciones para cazar a un lord y que te adore, Once escándalos para enamorar a un duque de los que había oído hablar muy bien pero que nunca habían llegado a mis manos hasta ahora. Y estoy deseando leerlos.
Un par de carpas más abajo, estaba la carpa Universitaria donde tenía que firmar Elisabet Benavent. Cuando he llegado me he encontrado con unas amigas y como no había nadie haciendo cola, nosotras hemos empezado una donde se suponía que iba a firmar (según los propios trabajadores de la carpa). Cuando Elisabet ha llegado, resulta que no firmaba donde nos dijeron y hemos tenido que movernos de la cola (en la que éramos primeras) para ponernos en otra más atrás. Ahí se ha montado un gran follón. La gente de la primera cola no ha querido moverse hacia la real, a lo que ha hecho tapón frente a Elisabet empujando, dando golpes y no dejando ni respirar. Y ha costado horrores que se intentara respetar un poco la cola real ya que se estaban colando por todos lados. En definitiva, una muy mala organización y más contando que estábamos en medio de las ramblas donde pasa un montón de gente de un lado hacia el otro. Creo que se podrían hacer las firmas de otros modos de manera que la gente pueda pasear por el centro y a la vez se puedan hacer colas para las firmas. Después de más de dos horas bajo un sol horrible, he conseguido la firma (aunque por culpa de la gente, estaba como a tres metros de Elisabet cuando ésta firmaba) y la foto con Elisabet (por suerte para esto me han dejado acercarme). Me ha costado sangre, sudor y lágrimas, pero ya es mío y no me arrepiento absolutamente de nada, aunque, si tengo que ser sincera, creo que lo que más me ha costado, ha sido poder salir del tapón que había creado alrededor de la firma, donde no me dejaban pasar, ni a mi ni a las bolsas, ni nada.
Por la tarde, ya después de comer, de dar una vuelta por el Triangle del Fnac y de que me regalaran una rosa hecha de chuches me he dirigido hacia el Hotel Sixty Two a la última firma de libros que tenía preparada para este Sant Jordi. Lena Valenti firmando, como viene siendo ya tradición, en el Hotel. Dos horas antes (a las 3) he empezado a hacer cola y hasta las 5 que no empezaba. Por suerte, he entrado ya en el primer grupo para las firmas y la verdad es que, pese a lo deprisa que parecía que iba, hemos tardado un montón de rato en poder conseguir la firma y la foto. Pero tengo su nuevo libro, ese que solo se podía conseguir en papel el día de hoy (y comprándolo en su web en caso de quedar existencias). Además, en la presentación de Lena he vuelto a encontrarme con conocidas que hacía mucho que no veía y hemos pasado un buen rato entre risas, fotos, algo de picar y libros, obviamente.
Así que en general ha sido un Sant Jordi muy muy completito y aunque parezca mentira, he vuelto a casa bastante temprano ya que a las 7 ya he cogido el tren y hacia las 9 he llegado a mi casa. Donde, como cada año, me ha esperado la rosa que mi padre me regala siempre.
Por la tarde, ya después de comer, de dar una vuelta por el Triangle del Fnac y de que me regalaran una rosa hecha de chuches me he dirigido hacia el Hotel Sixty Two a la última firma de libros que tenía preparada para este Sant Jordi. Lena Valenti firmando, como viene siendo ya tradición, en el Hotel. Dos horas antes (a las 3) he empezado a hacer cola y hasta las 5 que no empezaba. Por suerte, he entrado ya en el primer grupo para las firmas y la verdad es que, pese a lo deprisa que parecía que iba, hemos tardado un montón de rato en poder conseguir la firma y la foto. Pero tengo su nuevo libro, ese que solo se podía conseguir en papel el día de hoy (y comprándolo en su web en caso de quedar existencias). Además, en la presentación de Lena he vuelto a encontrarme con conocidas que hacía mucho que no veía y hemos pasado un buen rato entre risas, fotos, algo de picar y libros, obviamente.
Así que en general ha sido un Sant Jordi muy muy completito y aunque parezca mentira, he vuelto a casa bastante temprano ya que a las 7 ya he cogido el tren y hacia las 9 he llegado a mi casa. Donde, como cada año, me ha esperado la rosa que mi padre me regala siempre.
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