Sarah MacLean creció en Rhode Island, obsesionada con la novela romántica histórica y lamentando el hecho de haber nacido mucho tiempo después de poder participar en el debut de la temporada.
La inclinación que siempre tuvo por la historia la llevó a graduarse en Smith college y en la Universidad de Harvard antes de que finalmente decidiera coger la pluma y escribir su primer libro.
Ahora vive en Nueva York con su marido, su perro y una extensísima colección de novelas románticas. Le gusta mantener contacto con sus lectoras y puedes visitarla en www.macleanspace.com
La inclinación que siempre tuvo por la historia la llevó a graduarse en Smith college y en la Universidad de Harvard antes de que finalmente decidiera coger la pluma y escribir su primer libro.
Ahora vive en Nueva York con su marido, su perro y una extensísima colección de novelas románticas. Le gusta mantener contacto con sus lectoras y puedes visitarla en www.macleanspace.com
Título original: Nine rules to break when romancing a rake
Saga: Primer libro de la trilogía El amor en cifras
Categoría: Novela romántica histórica
Editorial: Versatil Romántica
Páginas: 430
Este libro contiene la descripción de alguna escena de sexo, por lo que, estáis avisados.
Argumento:
Sin embargo, para conquistar a este granuja, lady Carpurnia Hartwell deberá romper todas las reglas...
- Besar a alguien... apasionadamente.
- Fumar puros y beber whisky.
- Montar a horcajadas.
- Practicar esgrima.
- Asistir a un duelo.
- Disparar una pistola.
- Jugar a las cartas (en un club de caballeros).
- Bailar todos los bailes en una fiesta.
- Ser considerada hermosa. Una sola vez.
Este libro lo compré el pasado Sant Jordi con una grandísima oferta que encontré y, soy compradora compulsiva, no puedo evitarlo. Había oído hablar muy bien de él, más de una vez me había tentado a comprarlo y al precio que lo encontré no pude negarme a hacerlo, este y los dos que le siguen. Y la verdad, no puedo estar más contenta de la compra que hice porque he disfrutado una barbaridad de este libro.
Tengo que decir que de por si, las novelas de época me atraen, me encandilan y me encantan. Todo el protocolo, la forma de hablar, el romanticismo de aquel entonces, la dignidad y el honor y, sobretodo, el tipo de vestidos, corsés, la ropa interior, los lazos, encajes, sedas y blondas. Me vuelven total y absolutamente loca.
-Si tanto lo quieres saber, es una lista de... actividades... que me gustaría experimentar.-¿Perdón?-Son actividades. Cosas que los hombres pueden hacer sin peligro pero que se nos prohíbe realizar a las mujeres para no dañar nuestra delicada reputación. He decidido que, en vista de que mi reputación no me ofrece mayor satisfacción, no tengo ninguna razón para no quedarme haciendo punto con mis compañeras de soltería. Estoy cansada de ser considerada pasiva. -Puede que seas muchas cosas, emperatriz, pero jamás diría que eres <pasiva>.
Dicho esto, hablemos del libro, la verdad es que es un libro con el que he disfrutado muchísimo. Tiene unas escenas con las que es imposible no echarte a reir a carcajadas, aunque también tiene otras en las que lloras desconsoladamente, pero lo que más sientes, es el amor de Callie hacia el conde Ralston. Un amor que ha sobrevivido durante 10 años, un amor diferente al de esta época, un amor que se lleva callado por respetar el qué dirán. Pero como siempre, el amor triunfa, el amor te hace soñar. Y no hay nada como ponerle las cosas algo difíciles a la persona que te gusta, para llamar su atención y que esta empiece a fijarse en ti. Hacer algo para salir de la normalidad, de lo establecido. En definitiva, ser una pequeña revolucionaria.
El amor no es una obsesión, el amor no es unilateral ni egoísta. El amor es pleno y generoso y completa la vida de todas las formas posibles. El amor no destruye, el amor crea...
Y eso Callie lo hace a rajatabla. No hay nada que la haga destacar más que intentar cumplir todos los retos que se propone, retos que una mujer de la época no debería poder cumplir solo por ser mujer como beber whisky, fumar puros, jugar a las cartas en un club de caballeros o ir a una taberna. Hechos que podrían hacerle perder toda la reputación que tantos años le costó ganar. Lo mejor de todo, es que en cada uno de esos retos que intenta llevar a cabo, se encuentra con Ralston que solo hace más que alucinar con ella y sentir una tremenda curiosidad, interés... Enmascarado por la preocupación por Julianna, su hermana a la que Callie está educando para poder presentar en sociedad como una dama y que toda la aristocracia inglesa la acepte.
Como ya he dicho, el libro me ha encantado. La forma en que Callie, aunque a escondidas, consigue llevar a cabo todas esas aventuras, todos esos puntos de su lista, que seguro que al final irán más allá que esas primeras 9 reglas y como el conde a su lado termina ayudándola en todas y cada una de ellas. Y al final, el amor... Ese que llegas cuando menos te lo esperas, ese que pensabas que quizás nunca te tocaría a ti, que con la edad de Callie (en esa época 28 años era ya muy mayor para aún seguir soltera) y su aspecto algo diferente al ideal de belleza pensaba que sería un imposible y llega con el hombre de sus sueños, por el que siempre ha suspirado y siempre llevará en el corazón. Además, pese a lo que puede parecer por la época, me ha sorprendido mucho las escenas eróticas que transcurren entre ellos dos a lo largo del libro, como la va seduciendo, como lo hace todo por el placer de ella, ese placer no conocido antes.
Como ya he dicho, el libro me ha encantado. La forma en que Callie, aunque a escondidas, consigue llevar a cabo todas esas aventuras, todos esos puntos de su lista, que seguro que al final irán más allá que esas primeras 9 reglas y como el conde a su lado termina ayudándola en todas y cada una de ellas. Y al final, el amor... Ese que llegas cuando menos te lo esperas, ese que pensabas que quizás nunca te tocaría a ti, que con la edad de Callie (en esa época 28 años era ya muy mayor para aún seguir soltera) y su aspecto algo diferente al ideal de belleza pensaba que sería un imposible y llega con el hombre de sus sueños, por el que siempre ha suspirado y siempre llevará en el corazón. Además, pese a lo que puede parecer por la época, me ha sorprendido mucho las escenas eróticas que transcurren entre ellos dos a lo largo del libro, como la va seduciendo, como lo hace todo por el placer de ella, ese placer no conocido antes.
La aturdida joven había permitido que la modista la hiciera girar una y otra vez, pinchándola, empujándola y estrujándola hasta conseguir ajustarle el vestido. Y, cuando por fin observó su transformación en el espejo de la modista, no le había quedado más remedio que mostrarse de acuerdo con ellas, Con aquel vestido parecía un atardecer. Un atardecer sorprendentemente feo.Así que solo decir que me alegro muchísimo de esta gran compra que hice, que estoy deseando leer el siguiente libro de esta autora y seguir disfrutando con sus historias.
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